Un calvario, por no llamar infierno vivió de niño y una espera de diez años tuvo que soportar Jesús Romero Colín para poder ver al prelado que abusó de él cuando pequeño tras las rejas.
En 2008, Romero Colín presentó una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (Pgjcdmx) contra el sacerdote Carlos López Valdez, donde lo acusaba de haber abusado sexualmente de él en múltiples ocasiones.
PESE A DENUNCIAS, ÉL SEGUÍA OFICIANDO MISAS
Un año antes, en 2007, Jesús y su familia habían denunciado al cura ante la Arquidiócesis Primada de México, que lo inhabilitó formalmente como sacerdote; no obstante, el pederasta siguió oficiando misas en la capital del país, hasta el día de su detención.
El infierno para Romero Colín comenzó en 1994, cuando él tenía tan solo once años, y López Valdez era el párroco de la iglesia de San Agustín de las Cuevas, ubicada en Tlalpan, al sur de la Ciudad de México.
El caso de Jesús Romero fue ampliamente documentado en el trabajo audiovisual Agnus Dei: Cordero de Dios realizado por Alejandra Sánchez, en 2010.
“Comenzó a hacerme sexo oral, pasó y al fin siguiente me obligó a mí a que le hiciera sexo oral a él, al fin siguiente me trató de penetrar, me lastimó mucho, y al fin siguiente logró penetrarme”, acusó la víctima.
APREHENDIDO EN JIUTEPEC, MORELOS
El 27 de agosto de 2016, el sacerdote por fin fue arrestado en su casa de Jiutepec, Morelos, lugar donde comenzó la pesadilla del niño Jesús Romero. Acusado de violación, fue trasladado al Reclusorio Oriente, donde ya cuenta con una sentencia que lo mantendrá en prisión por el resto de su vida.
Como parte de las pruebas contra Carlos López Valdez, la defensa de Jesús Romero Colín entregó a la Procuraduría un álbum con 800 fotografías que muestran al sacerdote teniendo relaciones sexuales con Jesús y otros menores.
Fuente: www.lanetanoticias.com / Fotos: la Silla Rota
